Me dicen que ponga unas líneas sobre las hermanas Primitiva Sobredo, Maria Teresa Fernández y Pilar Ruiz, tres Carmelitas misioneras que su último y significativo destino ha sido África. Y me lo piden el día de la Epifanía, cuando estoy queriendo leer el sentido de la Estrella que a cada uno nos regala este día el Señor.

La estrella de mi vida me conectó con las de estas tres hermanas. Disfrutamos mucho el tiempo que nos tocó movernos juntas en esta pequeña constelación. Me ha unido a ellas la vocación, la gratitud, la admiración y la pasión por África. Son tres estrellas que brillan y brillarán con mucha fuerza en el cielo del continente africano. No es difícil leer el significado de esas estrellas. Tienen muy distinto color, son únicas, luminosas, radiantes las tres. Han sido cercanas, han pisado polvo y penurias, pero a la vez trascendían y volaban. Sentimos que nos han dejado mucha luz a su paso por la vida. Nos han ofrecido amaneceres bellos fruto de calladas e incontables noches oscuras; nos han trasmitido el secreto de superar dificultades, disipar sombras y allanar el camino para las que vienen después.
Hna. Primitiva Sobrero
Nos han dejado su testimonio: encontramos en Primi,la sabiduría de saber esperar en silencio y desde abajo; en Teresa la garantía de poner buenas bases desde una Identidad inculturada en los diferentes países de la Delegación; en Pilar el derroche de pasión por implantar el reino olvidándose de sí hasta dar la vida. Se han ido las tres con sus lámparas encendidas, porque el ESPOSO para ellas siempre estaba presente. Podemos decir de ellas que han sido Misioneras de cuerpo entero, artesanas y maestras en la forja de carmelitas misioneras nativas.

Hna. M Pilar Ruiz

El Señor–tempranamente- las preparó y las curtió en distintas misiones a las tres. Arrastraban un curriculum misionero envidiable. Las tres cruzaron los continentes y en el continente africano, atravesaron países como quien pasa las hojas leyendo un libro. Las tres mujeres maduras en lo humano y en lo espiritual, las tres autónomas y comunitarias; creativas y disponibles; fraternas y universales. Orantes muy orantes. Llevaron las responsabilidades de gobierno con la alegría de quien construye su propia casa Y sin otra pasión que ser operarias del reino. Las tres eficaces colaboradoras en la expansión misionera de la Congregación. Ellas experimentaron, con admiración, cómo la semilla del Carisma brota prodigiosamente en el continente africano y también cómo necesita ser cuidada, apoyada, valorada, alimentada, y cuando crece cómo necesita dejarle espacio para que sea ella y se expanda. Entonces surge el reto difícil de aprender a dejar paso y seguir apoyando, como lo supieron hacer ellas.
Hna. M Teresa Fernández
Ellas son un regalo de Dios grande para África; también un bonito regalo de Dios a la Congregación. ¡¡¡Aprendamos a descubrir estrellas!!! En África también ha habido y hay más.
María Jesús Zabalza cm
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