Dejos del Mes Misionero Extraordinario en Polonia

La arquidiócesis de Cracovia queriendo responder a los deseos del papa Francisco organizó la animacion misionera en modo que llegase a todos los hombres de buena voluntad.
Me alegré mucho al saber que las Carmelitas Misioneras se habían involucrado activamente y que habían elegido, entre otras, mi parroquia.
Desde principios de septiembre las hermanas visitaron las parroquias y se encontraron con niños y jóvenes de las escuelas de la zona. Los fines de semana se dedicaron a ir por las iglesias parroquiales. Dieron testimonio de su entrega misionera en las Misas, participaron en diferentes encuentros de oración, presentaron el carisma del Carmelo Misionero, y también nuestra asociacion del CMS. Siempre acercando a la gente, de todas las edades, la figura del P. Francisco Palau y su experiencia tan singular y original de la Iglesia. Para mí ha sido importante que la gente de mi parroquia también haya podido conocer al P. Palau y a las carmelitas misioneras. En cada encuentro han subrayado claramente la universalidad de la misión: Todos, por ser bautizados, somos misioneros y enviados. Todos estamos llamados a proclamar al mundo la belleza de la Iglesia desde el lugar en que nos encontramos.


Sin duda alguna, este mensaje sembrado llegó a muchos corazones sensibles. Confío que bajo la capa de una cierta indiferencia hacia el tema de las misiones, el grano dará su fruto.
Los encuentros de las hermanas con niños y jóvenes en las escuelas – de las ocho parroquias – han sido preciosos. Seguramente todo el empeño de las hermanas dará sus frutos, pues sirvió para concienciar y sensibilizar a tantos corazones de los más vulnerables. Los niños y jóvenes han tenido oportunidad de conocer como viven sus coetáneos en países de misión “ad gentes”. Las hermanas les enseñaban fotos, instrumentos, vestimenta, etc. Algunas escuelas y parroquias organizaron mercadillos solidarios para apoyar las misiones de las Carmelitas Misioneras.
Participamos también en los encuentros con los ancianos en diferentes casas para mayores y visitamos a varios enfermos en sus propias casas.
Estoy muy agradecida de modo particular a las hermanas Barbara y Dolores Ondobo, que en el mes de octubre apoyó la animación misionera, por su presencia y compartir el tema de la misión en la escuela donde trabajo. Tuvieron que madrugar bastante y servirse de medios de transporte público, pero realmente lo hicieron sin demostrar el peso que supuso, sino con gozo y convicción.

Así como hace ocho años las Carmelitas Misioneras nos invitaron a formar un grupo del Carmelo Misionero Seglar, ahora hemos creado un equipo juntas para llevar a cabo la animación misionera en todo un decanato.
A través de esta iniciativa pudimos dar a conocer nuestra asociación y el carisma. Nosotras, el CMS, compartíamos con las hermanas las actividades en escuelas y parroquias, íbamos con ellas a rezar por las casas con enfermos y personas mayores, guiando la adoración en la iglesia, participando en el rezo del rosario en diferentes idiomas, compartiendo con los sacerdotes, profesores de los colegios, con los catequistas; y en los encuentros con jóvenes en las parroquias. Nos sentimos también nosotras, el CMS, enviadas por excelencia. Compartimos esa misma experiencia que dondequiera que estemos, somos misioneros, en la vida cotidiana, día tras día.
Las hermanas en sus intervenciones invitaban a todos a reflexionar sobre este tema y a empeñarse más, desde su vocación laical, en la vida familiar, en la parroquial. Pues, la Iglesia no es un despacho o una empresa, es el Cuerpo Místico de Cristo: Todos somos sus miembros.
Además de las hermanas, en algunas parroquias compartieron, con mucha vivacidad y con espíritu juvenil, su testimonio de experiencia misionera las voluntarias, Agnieszka y Anna. Ambas han vivido un tiempo en las comunidades de las Carmelitas Misioneras en la India.
En definitiva, la presencia de las hermanas y voluntarias en mi decanato ha sido muy importante. Han sido recibidas con mucha gratitud y su testimonio ha sido reforzado con la oración de muchos. También oramos por las vocaciones al Carmelo Misionero. Pero, claro, siempre hay de todo. Topamos algún ambiente hostil e indiferente. Esto me hace pensar que mi propio país, nuestro continente entero, es un espacio de misión. Urge comprometerse siempre más a fondo en el campo de la evangelización. El desarrollo económico debilitó bastante la sensibilidad espiritual, hay una pérdida de valores y falta de incisión en la formación cristiana de los adultos.
Estoy muy agradecida a las hermanas que incansablemente iban contra corriente allí donde el mensaje que llevaban no tenía una recepción positiva.
Ojalá, en la memoria y en los corazones de todos quienes han tenido la oportunidad de encontrarse con las hermanas, sus palabras permanezcan fructificando y la oración por las misiones y los misioneros sea constante.
Les doy las gracias a las Carmelitas Misioneras (Barbara, Dolores, Lidia, Ewa, Joanna, Emilia), a las voluntarias Aga y Anna, a todo el Carmelo Misionero Seglar por su entrega y esfuerzo a lo largo de estos dos meses de animación misionera. Estoy convencida que el mismo Señor eligirá el tiempo e indicará la forma de mostrarnos a todos los frutos de esta hermosa actividad misionera.
Krystyna Rak, CMS (Cracovia, Polonia)
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