Publicado el miércoles, 24 de abril de 2013
Hacer memoria de este acontecimiento, evocando la personalidad profundamente eclesial y misionera del P. Palau, precisamente en este año de la fe es, para todas nosotras, carmelitas misioneras y miembros del Carmelo misionero seglar, motivo de profunda alegría y de acción de gracias al Señor, que tiene que desembocar en exigencia por ahondar en la experiencia de ese amor que sale a nuestro encuentro, que transforma nuestra vida y la convierte en testimonio gozoso de Aquel en Quien creemos, de Quien nos fiamos y a Quien hemos hecho ofrenda de nuestra existencia con una entrega incondicional y sin reservas a Su iglesia, hasta el punto de poder decir con toda verdad como el P. Palau: nuestra misión se reduce a anunciar a los pueblos que tu, Iglesia, eres infinitamente bella y amable y a predicarles que te amen. Amor a Dios, amor al prójimo, este es el objeto de nuestra misión.
0 comentarios