Hna. Segunda Sánchez González

Una tarde de otoño,
de limpio cielo azul,
me encontré de pronto,
enfrente de mi ventana
con: !Un árbol de oro!
Sí, hubiera querido ser trovador,
para cantarle esa tarde otoñal,
al asombroso espectáculo
que tenía ante mis ojos……
Un árbol pequeño, con gran aplomo,
me saludaba con sus hojas….
Todas amarillas, limpias,
transparentes, llenas de vida.
El sol las inundaba ,
y su resplandor le hacia
parecer “soles”….
Era una sinfonía de luz y sol y
cada hoja me decía:
!Soy oro! !Soy oro!!
Cuanto oro en mi árbol!!
me decía yo
Así pasaron los días…,
el “oro” de las hojas
de mi árbol amigo,
seguía con su tonillo
ocre suave y amarillo;
a veces sus hojas,
más oscuras y más finas,
se ponían, pero seguían
saludándome cada jornada.
Mi amigo, el árbol
orgulloso se ponía
cada mañana cuando le veía.
Pero una tarde, caído el día,
de pronto no salgo de mi asombro.
No veo a mi “árbol de oro”,
!No está ahí”
¿Qué ha pasado?.
Miro…me asomo….
!Oh!, ¿Qué pasó?.
Las ramas de mi árbol amigo,
han sido cortadas de un tajo…
Está “desnudo”, casi sólo tronco
le ha quedado a mi amigo árbol
!No puede ser!
¿Qué pasó con mi amigo?
¿Dónde estará el oro de mi amigo?
¿Lo han quemado?
¿Qué mal les ha hecho?
¿Estará dando calor a un niño?
No, nada de eso…
En el basurero del huerto
silenciosas, tumbadas,
tronchadas, inclinadas,
apiñadas, unas junto a otras,
las ramas de mi “árbol de oro”.
Allí esperan su destino..
El árbol amigo,
está callado, no habla,
se ha quedado silencioso
Ya no puede presumir
de sus hojas limpias,
casi sin ninguna mancha,
eran como lluvia de oro,
colgadas de sus ramas…
Mi árbol, ya no me regalará
las hojas de oro…,
pero el tosco tronco.
Hoy me dice: !Tranquila!
“Espera y confía en mí,
y en el próximo otoño,
a ti te traeré “nuevas hojas de oro”

Muy bonita poesía 🥰🥰