
En el corazón de cada ser humano hay un ansia de búsqueda de la verdadera felicidad, la realización personal.
¿No te das cuenta de que tú también buscas el ser feliz en todo lo que dices o haces? ¿Dónde o en qué buscas tú la felicidad? Porque bien sabes que esta búsqueda puede seguir muchos caminos: amistad, seguridad, placer, trabajo, dinero, posición social, comodidad, reconocimiento, experiencia espiritual….. Es verdad que podemos tener momentos preciosos de felicidad plena, pero… es esa la paz y la felicidad permanentes a la que cada ser humano aspira, o has experimentado que esos momentos de felicidad plena se nos escapan de las manos?
En realidad es imposible «encontrar» la felicidad porque mientras estés buscándola «fuera» de ti no te abrirás a la experiencia de lo que ERES, de tu naturaleza esencial. Tu verdadera naturaleza es felicidad, paz, es bondad, creatividad, alegría, vida, amor….
Te invito a que dejes de mirar hacia fuera, que dejes de buscar, que detengas la mente por un momento («la loca de la casa» que nos da tanto trabajo), dejando correr los pensamientos que acaparan tu atención, que permanezcas QUIETO y tranquilo, abierto a la PRESENCIA omnipresente que te envuelve por dentro y por fuera. Simplemente SÉ, penetra profundamente en el silencio de tu corazón y permanece atento, inmóvil, abierto-receptivo a la Presencia y acción de Dios en tu vida…..
No me digas que no tienes tiempo, que tienes muchas ocupaciones, que tu trabajo, tu Parroquia, tus hijos o tu familia te lo impiden….. Sólo te pido UN MINUTO hoy y otro minuto mañana y si puedes vas aumentando a cinco o diez minutos… sigue el consejo del salmista: «Permanece inmóvil y experimenta que Dios ES». Poco a poco irás reconociendo y «haciendo pie» en ese tu «cueva» interior, el núcleo de tu SER, donde tu verdad personal está presente, donde la verdad de Dios está presente, independientemente de las circunstancias físicas, emocionales y mentales de tu vida.
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