Si vivimos, vivimos para el Señor,
si morimos, morimos para el Señor…,
en la vida y en la muerte somos del Señor.
Seguimos en tiempo de Pascua y esto alimenta nuestra esperanza, dentro del dolor que nos causa la partida de tantas hermanas, a la Casa del Padre. Hoy Hna. Ana Mª Cabrera Rodríguez está ya gozando de la paz y el amor pleno de Jesús resucitado, allí se unirá a María. Falleció el día 11 de mayo de 2023 en la Comunidad “Santa Teresa” de Torremolinos (Málaga).

Hna. Ana Mª nació en Firgas, (Las Palmas-Canarias), el día 2 de septiembre de 1938. Ingresó en el Carmelo Misionero el día 8 de mayo de 1957. Profesó el día 10 de mayo de 1958 en Pamplona.
Amante de sus raíces familiares y de su tierra canaria, valoraba y vivía la fe que le transmitieron sus padres. De su hogar, profundamente cristiano, brotaron dos Carmelitas Misioneras: ella y su Hna. Inmaculada.
Hna. Ana María ha sido una Carmelita Misionera feliz, que ha entregado su vida a Dios y a los hermanos en el servicio a los demás, compartiendo su alegría de vivir. Antes de llegar a la Comunidad “Santa Teresa” de Torremolinos, trabajó con entusiasmo en el “Instituto Nacional de Medicina de Madrid”, Ciudad Universitaria, y en Santa Cruz de Tenerife, Clínica del Dr. Zerolo. Tuvo que dejar su trabajo debido a una enfermedad (acumulación de calcio en las arterias y articulaciones), que dio lugar a que le amputaran progresivamente las dos piernas
Ha desarrollado su vocación y apostolado en el cuidado a los enfermos en las comunidades de: Pamplona, Madrid, Granada, Ávila, Santa Cruz de Tenerife y Torremolinos. Desde octubre de 2003, hace casi 20 años, ha sido un ejemplo de fortaleza, de ayuda fraterna, de alegría, tanto para las hermanas como para todas las personas con las que trataba. Siempre se mantuvo serena, alegre, comunicativa y con gran sentido del humor.
Acompañaba cariñosamente y de forma incansable a las hermanas enfermas en la última etapa de sus vidas. Encontraba su fuerza en sus prolongadas visitas al Santísimo y su devoción a San José.

Damos gracias por la vida de Ana María, 84 años, y por sus 65 años de Vida Consagrada al servicio de Dios y de la Iglesia.
Oramos por ella y por su familia, y por todas nosotras para que este “nuevo paso” del Señor reavive nuestra esperanza en la Pascua de Jesús y en el encuentro de las hermanas que nos han precedido.
Madrid 15 de mayo de 2023
Cecilia Andrés
Superiora Provincial
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