Si vivimos, vivimos para el Señor, si morimos, morimos para el Señor…, en la vida y en la muerte somos del Señor. (Rom 14,8)
Hna. Aurelia Herrero Matías, ha sido llamada a la Casa del Padre, para participar de la Vida Eterna junto a Él. Sucedió el día 5 de octubre. Pertenecía a la comunidad de “Santa Teresa” en Torremolinos (Málaga).

Hna. Aurelia nació en San Bartolomé de Pinares (Ávila), el día 12 de noviembre de 1938. Ingresó como Carmelita Misionera el día 28 de Agosto de 1966 y profesó el día 1 de Octubre de 1968 en Pamplona.
Recordamos su trayectoria vocacional y apostólica en su dedicación a los enfermos y en la Pastoral parroquial.
En España, estuvo en las comunidades de: Pamplona, Barcelona, Granada, Madrid, Malagón (Ciudad Real). En Misión Ad Gentes, en Centro América, en las comunidades de: Santurce, San Salvador y La Laguna.
De su estancia en C. América, nos contaba, con gran emoción, el impacto que tuvo en su vida el hecho de acoger a San Óscar Arnulfo Romero, Obispo de San Salvador, en la Policlínica Salvadoreña, donde acompañó los últimos momentos de su vida.
Recibió a las primeras auxiliares de enfermería laicas que trabajaron en la enfermería de “Santa Teresa” de Torremolinos para ayudar en el cuidado de las hermanas enfermas y las introdujo con maestría en su profesión.
Las Hnas. la recuerdan por su esmerado cuidado y bondad como enfermera y como superiora. Lo mismo que el personal, que entonces se incorporó en el cuidado de las hermanas, a las que ayudó en múltiples aspectos.
Era una persona bondadosa, humilde, silenciosa, observadora, orante y muy entregada en su misión de enfermera. En las fiestas de la comunidad cantaba y bailaba, lo cual hacia muy bien, para alegrar a las Hnas.
Después de un tiempo en Malagón (Ciudad Real), regresó a Torremolinos. Pasó directamente a la enfermería porque vino con muchos límites físicos y psicológicos que se han ido acentuando con el paso del tiempo. El jueves 5 de octubre, después de la oración de vísperas con la Comunidad, dio muestras de no encontrase bien y comenzó a empeorar hasta que el Señor la acogió en su seno a las 21:45 h. de la noche. Durante esas horas las Hermanas la hemos acompañando rezando y cantando recordándole versos de Santa Teresa, ya que como buena abulense la quería mucho.


Damos gracias a Dios por su vida de 84 años, y por sus 55 años de Vida Consagrada el servicio de Dios y de los hermanos. Sabemos que se encuentra gozando de la presencia del Señor. Y que, en forma nueva y resucitada permanece entre nosotros y seguirá acompañando y ayudando a las Carmelitas Misioneras.
Oramos por ella y por todas nosotras para que este “nuevo paso” del Señor reavive nuestra esperanza en la Pascua de Jesús y en el encuentro de las hermanas que nos han precedido.
Madrid 10 de octubre de 2023
Hna. Cecilia Andrés
Superiora Provincial
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