Blasa nace en Navarra. Tiene tres hermanas Carmelitas Misioneras (dos ya han fallecido) y un hermano Capuchino. Ha sido Provincial de la Provincia de Vitoria, Consejera General, maestra de novicias en Roma, pionera de la fundación en Italia. Mujer de fe, amante de la Congregación, generosa, sabe escuchar y acompañar. Actualmente forma parte de la comunidad Residencia El Carmen de Burgos.
¿Cómo descubriste tu vocación de Carmelita Misionera?
Tenía una vida normal, como cualquier estudiante terminando estudios. Contaba con buenos amigos y lo pasábamos bien. Pero llegó un momento de insatisfacción y de vacío. Al llegar a casa me preguntaba, ¿qué me falta? Fui analizando mi situación pensé si mi camino sería la vida religiosa. El entregar mi juventud y mi vida al Señor en una congregación misionera, se me presentaba como un gran ideal que me atraía, pero me resonaban también las dificultades y mi pregunta ¿podré?Consulté con un sacerdote amigo y me confirmó mi llamada. Él mismo me habló de las Carmelitas Misioneras que conocía y tenía alta estima de ellas. Sobre todo que eran abiertas y “modernas” en aquel entonces. Y decidí llevarlo a la realidad cuanto antes. No sea que me despistara…
¡El mundo es tan grande! ¿Si pudieras elegir un lugar, conocido o que te hubiera gustado conocer, que lugar viene a tu corazón?
Un lugar con una rica naturaleza. Ahí encuentro al Creador y me siento parte de lo que contemplo y me emociono.Entre los diferentes servicios que has realizado. ¿Cuál es el primero que llega a tu memoria?El de formadora. Cuando estudiaba Teología o Ciencias humanas, me decía a mí misma: Ojalá pueda yo comunicar algún día a otras personas lo que yo estoy recibiendo. Y llegó muy pronto.
En la “misión”, en la vida, siempre hay caras, personas, ¿Te gustaría recordar alguna que fue importante en tu vida? ¿Quién? ¿Qué la ha hecho tan importante para ti?
Son muchas las personas que me han impresionado por su forma de ser y de vivir. Su sencillez, disponibilidad, entrega, servicio a los más necesitados, confianza en Dios. Hay mucha riqueza en ellas. Su ejemplo me ha estimulado
La vida está tejida de momentos, de experiencias, gratificantes y difíciles. ¿Dónde va tu recuerdo si te pregunto cuál ha sido tu experiencia más dura? ¿Y cuál la más gratificante?
La más dura: la salida de casa para ir al convento. Dejar mi familia, mi vida. La más gratificante: la de formadora.¿Cómo has visto la evolución de la Congregación a lo largo de tu vida en ella?He visto una evolución constante con ritmo distinto. Siempre con responsabilidad, buena inteligencia y serenidad, adaptándose a la evolución de la sociedad. A partir del Vaticano II, con decisión y esfuerzo de renovación. Pienso que hemos estado a la altura de los tiempos.Encuentro muy positivo el proceso de unificación de Provincias, hasta formar una sola. Proceso de varios años, pero con pasos firmes. Yo lo acogí con alegría y nació una nueva esperanza para el futuro. Nos sentimos más familia, se rompen “fronteras” y esto es positivo para todas.
Las pequeñas cosas que apenas damos importancia dicen mucho de nosotras. Comparte algunos de esos pequeños secretos
El estar siempre dispuesta a aceptar cualquier servicio que me pidan y en gratuidad, con humildad tengo que decir, que este es mi lema, en él trabajo.Me gusta tratar a todas por igual, con afecto, cariño y respeto. Quiero ser positiva. Esto me da paz y alegría.
¿Cuál ha sido el mejor regalo que has recibido?
La familia, la vocación misionera al Carmelo. La formación recibida. El estar gran parte de mi vida con jóvenes.¿Qué libro, de los muchos que has leído, es tu preferido? ¿Por qué?La Biblia y “JESÚS, HOY: Una espiritualidad de libertad radical”; de Albert Nolan.Es un libro lleno de sabiduría, fruto maduro de la vida mística y profética del autor. Lo estoy releyendo.
¿Tienes hobbies?
Muchos. La belleza en todas sus manifestaciones. El contemplar una rica naturaleza me emociona y… estar al día de lo que sucede en nuestro mundo, en lo social, aunque sea de corrida.
¿Qué les dirías hoy a las hermanas jóvenes?
Para ser felices, no hay otro camino que seguir a Jesús con pasión. Vivir como El: curando, sanando, levantando, humanizando, perdonando. Y para vosotras jóvenes es un programa atrayente y gratificante aunque exigente. Pero el Dios de la vida camina con vosotras y os da la ayuda que necesitáis.
Gracias, Hna Blasa, por tu testimonio de vida entregada, fecunda; gracias porque confías, porque sabes, que en una brisa suave, allí está el Señor.
0 comentarios