El Señor es mi Pastor…
Nada me faltará…
(Salmo 22)

Muy queridas Hermanas:
Con la esperanza en Cristo resucitado os comunico que tenemos una nueva intercesora en el Cielo. El día 20 de abril de 2015, por la tarde, falleció nuestra Hna. María del Carmen IRIBARREN TAINTA.El Señor, en este tiempo de Pascua, se ha fijado en ella para conducirla a las “fuentes tranquilas” de la VIDA que saciarán su sed por toda la eternidad. Su agonía ha sido larga y confiada, “nada temo porque tú vas conmigo”, palabras que fueron calando y resonando fuertemente a lo largo de su vida, “dejo” espiritual que, aún sin percibirlo claramente, se manifestó en paz y abandonado en las manos del Padre. Nos alegramos porque ya está gozando de la presencia del Señor. Tenía 94 años de edad y 73 de Vida Religiosa. Oramos por ella y también por la comunidad “Mater Carmeli” de Vitoria para que experimente la luz y la fuerza del misterio pascual que vive y celebra, frecuentemente, en cada “paso a la Vida” de las hermanas.
Carmen nació el 9 de diciembre de 1920 en Güesa (Navarra), ingresó en el postulantado de Pamplona en el año 1940 y profesó el día 11 de noviembre de 1941. Su primer destino fue la comunidad de Usurbil – San Sebastián hasta el año 1955, después estuvo en las comunidades de Zaragoza, El Ferrol y de nuevo en San Sebastián – El Carmelo. La mayor parte de existencia la vivió en Medina del Campo, del 1969 al 2001, colaborando en el Colegio de los Padres Carmelitas. En todas partes, pero especialmente en este lugar, le podemos aplicar las alabanzas a la “perfecta ama de casa” del libro de los Proverbios. Aquí trabajó en servicios sencillos, humildes, con mucho amor, responsabilidad y sacrificio, sin cansarse de hacer el bien, de buscar lo mejor para los demás, intentando que todo estuviera a punto en la mesa, en la ropería, en la casa. Sin duda su presencia, oración y buen hacer fue un testimonio para todos los que convivían, trabajaban o estudiaban en la casa.
En el año 2001, con bastantes achaques sobre sus espaldas, fue a la comunidad de Cizur donde, a pesar de sus limitaciones, ayudaba en lo que podía a la comunidad; tenía el gran deseo de estar con las hermanas y participar en los actos comunitarios, se levantaba temprano para orar con todas y compartir la Eucaristía. En el año 2013, con la salud muy quebrantada, ingresó en la enfermería “Mater Carmeli” de Vitoria, aquí terminó la carrera de la existencia humana, de la mano del Padre y de María, la Madre del Carmelo.
Recordamos con gratitud a nuestra Hna. Carmen, la mujer buena y sacrificada, silenciosa y profundamente orante, sencilla y detallista, fraterna y siempre dispuesta a ayudar. Fiel al don vocacional y consciente de que amar es servir, y así lo vivió y testimonió. Agradecemos al Padre su vida, su llamada al Carmelo Misionero, su entrega a “Dios y los prójimos” al estilo de Francisco Palau. Nos encomendamos a ella y esperamos que continúe pidiendo, al Dueño de la mies, vocaciones al Carmelo Misionero, como tantas veces lo hizo mientras estuvo entre nosotras. ¡Gracias Carmen!. Contigo seguiremos proclamando las maravillas que hace el Señor en los que confían en su amor y misericordia.
Con cariño, en nombre del Consejo Provincial.
Carmen Ibáñez Porcel
Madrid, 22 de abril de 2015
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