“Bienaventurados los que mueren en el Señor
…descansarán de sus trabajos y sus obras les acompañan”

Muy queridas Hermanas:
“En la vida y en la muerte somos del Señor”con esta experiencia de que “somos del Señor” os comunico que nuestra Hna. Concepción Font Roca ha entrado en el Banquete eterno y ya disfruta de la presencia del Dios Vivo.Falleció el día 20 de febrero de 2014, a los 88 años de edad y 65 de vida consagrada, en la comunidad “Santa Teresa”, enfermería de la casa Madre, Barcelona, a donde fue trasladada hace unos meses. Sabemos que esperaba esta última llamada del Señor con la lámpara encendida.
Hna. Concepción nació en Roda de Ter (Barcelona) el 8 de junio de 1925; profesó en nuestra Congregación de Carmelitas Misioneras el 31 de agosto de 1948. Muy pronto comenzó su trayectoria comunitaria y apostólica que podemos describir en tres etapas: del 1948 al 1958 estuvo en la zona de Cataluña, comunidad de la casa madre, Barcelona, el Colegio “El Carmelo” de Tárrega (Lérida) y el Hospital “San Antonio” de la misma ciudad.
En octubre de 1958 comienza su misión en Filipinas, donde estuvo 21 años, ofreciendo lo mejor de su vida con entrega y disponibilidad. Formó parte de las comunidades de Iloilo, Dingle y Dumangas; en algunas de ellas fue superiora y con su “saber estar y su buen hacer” favoreció la comunión y fraternidad entre las hermanas. Destacamos algunas de sus actividades apostólicas: catequesis en las escuelas públicas y Colegios, formación de catequistas, colaboración en la pastoral parroquial y en la promoción litúrgica. Allí queda su huella, su testimonio vocacional, espíritu misionero, amor a la Congregación y fuerte sentido de pertenencia. Un alto en el camino le permite participar en el curso de renovación 1977-1978 en Roma, tiempo que le ayuda a profundizar en el carisma y a reavivar el espíritu misionero “ad gentes”. Con nuevo ánimo vuelve a Filipinas y se incorpora a la comunidad de Bacolod.
Al año siguiente regresa definitivamente a España, comenzando la tercera etapa de su vida en la Provincia “Virgen del Carmen” de Barcelona. De nuevo va destinada al Hospital “San Antonio” de Tárrega (Lérida) y atiende con gran delicadeza y cariño a las personas mayores residentes en el mismo; al poco tiempo cambia de actividad y en el Colegio de Navàs (Barcelona) colabora en el cuidado y formación de los niños. Finalmente se integra en la comunidad “Virgen del Carmen” de la Casa Madre, donde tampoco permanece ociosa. Además de colaborar en la atención a nuestras Hermanas mayores y enfermas, forma parte del grupo misionero que confecciona vestidos y otras ropas para las necesidades de nuestras misiones. Le costó asumir su limitación física, sin embargo pudo disfrutar, casi hasta el final de su vida, de una mente clara para “esperar al Señor con la lámpara encendida” y agradecer a las hermanas el cariño y la ayuda fraterna.
Su presencia y testimonio queda vivo entre nosotras; la recordamos como una persona fiel, gozosa en la vivencia de su vocación, orante y contemplativa; fraterna y de buenas relaciones con todas las personas, servicial y disponible; detallista y acogedora. Gracias Concepción por este testimonio de vida; estamos seguras que desde el Cielo seguirás intercediendo por todas nosotras y pidiendo al Padre que envíe vocaciones al Carmelo Misionero.
Un fuerte abrazo, en nombre del Consejo Provincial.
María Esperanza Izco
Madrid, 22 de febrero de 2014
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