Nuestra querida hermana Concepción Sureda Gomis, que partió a la casa del Padre el pasado 12 de enero, escuchó y acogió en su corazón, desde muy joven, estas palabras de Jesús de las que hizo su certeza vital y su compromiso de entrega.
Concha, como familiarmente la llamábamos, nació en Gerona, el 15 de septiembre de 1936. Inició su aventura vocacional en el Carmelo Misionero en noviembre de 1956 y profesó en Pamplona el 10 de mayo de 1958. Y a partir de ahí un largo y fecundo recorrido por Pamplona, Barcelona (comunidades de Sans y Casa Madre), el Prat de Llobregat (comunidades Virgen del Carmen y S. Juan de la Cruz), Terrassa (Cdad. Sta. Teresa), Tàrrega y finalmente los últimos meses en la Enfermería de la Casa Madre de Barcelona. Pocos “lugares” geográficos en su recorrido, pero ¡cuánta vida vertida en cada uno de ellos!
Sus dos campos de acción misionera fueron la enseñanza y la pastoral parroquial. Pero, aunque Hna. Concepción era educadora por vocación y por servicio, es difícil encuadrarla en un marco restringido de “entrega” porque todo lo que reclamaba atención humana y sentido evangélico, encontraba en ella acogida y respuesta creativa: acompañando a familias, a grupos de laicos en búsqueda y profundización de la fe, a personas vulnerables, a colectivos marginados en barrios y parroquias de periferia… Simplemente MISIONERA.
Su talante abierto, libre, coherente, descomplicado… hacía fácil la relación y neutralizaba los pequeños conflictos que inevitablemente forman parte de toda convivencia. Así se entregaba y así lo percibían las personas que entraban en relación con ella. Basta abrirnos al eco que nos ha llegado de tantas personas con las que trabajó y se relacionó a lo largo de su vida:
“Una buena persona y una religiosa vocacionada… afable, de mentalidad abierta, transparente, cercana… de trato exquisito y discreto… ¡Qué suerte haberla conocido y haber trabajado con ella…!
También puso su creatividad y sus dotes artísticas, que eran muchas, al servicio de la Congregación, colaborando en proyectos tan valorados y queridos como la elaboración de la revista Shelahani y sobre todo en la promoción de nuestra ONG PROKARDE, creando una red de colaboradores realmente vinculados y comprometidos.
Concha, GRACIAS!!!. Tú nos decías, con tu talante bromista habitual, que “no querías que te echaran flores” el día que se hiciera tu reseña… Pues así lo hacemos. No te echamos “flores” pero le damos gracias a Dios por tu vida entregada, por tu persona y sobre todo por haberte tenido por HERMANA.
Sabemos que seguirás mirando con ternura y profundidad a todo el Carmelo Misionero, que también ha sentido, como tú, esas palabras de Jesús que sigue comprometiendo nuestras vidas: “Yo soy el camino, la verdad y la vida… Permaneced en mi amor”.
Madrid 24 de enero de 2023
Hna. Cecilia Andrés
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