“… con mi propia carne veré a Dios…yo mismo le veré. Mis ojos le mirarán…”
Job 19, 26-27

Muy queridas Hermanas:
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá”. Con estas palabras de esperanza os comunico el “paso a la Vida” de nuestra querida Hna. María Antonia García Gómez. Falleció el día 18 de octubre de 2012 a los 101 años de edad, en la comunidad “Mater Carmeli”, Enfermería, Vitoria. Deseamos que ya esté gozando de la presencia del Señor, al que ha servido con fidelidad como Carmelita Misionera, durante los 76 años de Vida Consagrada.
María Antonia nació el día 29 de diciembre de 1910 en Escalonilla (Toledo) y profesó el día 10 de julio de 1936 en Barcelona. Recordamos con gratitud en este mes de octubre su espíritu misionero, pues siempre estuvo disponible para ir donde la gloria de Dios la llamara. En el año 1936 fue destinada a San Luís (Villa Mercedes), Argentina, allí hizo su profesión perpetua. Del año 1942 al 1971 estuvo en diferentes comunidades de Argentina y Chile, donde con entrega y dedicación, trabajó en diferentes actividades apostólicas, dando testimonio del “amor a Dios y a los hermanos” en un servicio desinteresado y universal.
En el 1971 regresó a España y ha vivido en las comunidades de San Sebastián y Zaragoza. Finalmente, en el año 2007 fue destinada a la enfermería de Vitoria, pues su situación física requería una atención y unos cuidados especiales.
María Antonia ha sido una persona de profunda vida interior, los dos pilares que sostenían su vida espiritual eran la Eucaristía y María. Era acogedora, fraterna y con buen humor; servicial y generosa; mujer de corazón grande y espíritu misionero. La edad y el deterioro físico fueron debilitando sus fuerzas y le costaba asumir sus limitaciones e incapacidades.
Damos gracias al Señor por sus 101 años, vividos en plenitud, con las luces y las sombras de saberse en camino y siempre dispuesta a “morir y resucitar”. Ahora ya está celebrando la Pascua definitiva con Cristo.
Gracias María Antonia por tu entrega en la comunidad y en la misión apostólica. Has llegado a la meta: “ver cara a cara al Señor”. Hoy se han cumplido para ti las palabras de Jesús al Padre: Que todos los que me has dado estén conmigo, donde yo estoy (Jn. 17,24). Pedimos al Señor que goces eternamente de su presencia, paz y amor.
Con cariño, en nombre del Consejo.
María Esperanza Izco
Madrid, 19 de octubre de 2012
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