“En lo poco has sido fiel…
(Mt.25, 23)
entra en el gozo de tu Señor” .

Muy queridas Hermanas:
Con dolor y esperanza os comunico un nuevo “paso a la Vida”; el Señor sigue llamando a las puertas de nuestra Provincia para llevarse consigo a las hermanas que Él quiere. En la madrugada del día 10 de enero del 2013 falleció nuestra querida Hna. María Carmen Barranco Galán. Tenía 87 años de edad y 53 de Vida Consagrada; ha fallecido inesperadamente, aunque estaba delicada de salud. Pertenecía a la comunidad “Santa Teresa”, Barcelona-Casa Madre.
Hna. María Carmen nació en Santa Cruz de Grio (Zaragoza) el 14 de julio de 1925. Profesó en Pamplona el 14 de noviembre de 1959, donde se quedó durante dos años en la comunidad del noviciado. Su principal misión ha sido atender con cariño y dedicación a los enfermos para hacerles más agradables las noches, pues fue veladora en la Clínica Solarium, Barcelona. De allí fue trasladada a Tárrega (Lérida), Hospital “San Antonio”, donde durante 39 años siguió velando a los enfermos y atendiéndolos en el comedor con solicitud y delicadeza, convencida de que atendía a los “miembros dolientes del cuerpo Místico de Cristo”. Finalmente, ha estado más de 10 años en la comunidad “Santa Teresa,” Casa Madre-Barcelona, colaborando con total solicitud en los trabajos de la comunidad y en la atención a las hermanas mayores y enfermas.
La recordamos como una hermana sencilla, entregada, fraterna, orante y silenciosa, hasta el final de sus días ha vivido en actitud de disponibilidad, ayudando a los enfermos, a la comunidad “Santa Teresa” y prestando pequeños servicios a todas las hermanas; “era como una hormiguita” que estaba siempre haciendo algo por los demás. Estamos seguras que ya ha entrado en el gozo de su Señor porque ha respondido, día a día, con fidelidad al don vocacional.
Damos gracias al Señor por su existencia, por su riqueza de vida y carisma, por su amor a la Congregación y a la Iglesia. Nos alegramos de tener una nueva intercesora en el Cielo. Ella sigue en medio de nosotros, como lo ha estado siempre, pero hoy de manera diferente, resucitada.
Unidas en oración pedimos al Padre que la acoja en su Reino eterno y la haga gozar para siempre de su compañía y de su amor. Nos encomendamos a ella, para que por su intercesión nos ayude a vivir el amor a Dios y a los hermanos, concretado en gestos de entrega y servicio.
Un fuerte abrazo, en nombre del Consejo Provincial.
Hna. María Esperanza Izco
0 comentarios