“Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino,
(Mt. 25, 34-40)
porque lo que hicisteis al más pequeño…,a mí me lo hicisteis”

Muy queridas Hermanas:
Os comunico que el Señor sigue llamando a nuestras hermanas a participar de su resurrección. Hoy os informo que falleció nuestra querida Hna. María del Carmen Asiain Arbeloa el día 25 de octubre de 2012, a los 91 años de edad y 68 de Vida Consagrada, en la comunidad “Mater Carmeli”, Enfermería, Vitoria. Ya está gozando de la presencia del Señor, habrá recibido “la herencia del Reino” y se habrán cumplido las palabras de Jesús: todo lo que hicisteis al más pequeño… a mi me lo hicisteis.
Hna. María del Carmen nació en Corella (Navarra), el 21 de julio de 1921. Profesó el 2 de marzo de 1944 en Pamplona. Ha vivido y trabajado en varias comunidades, su primer destino, en el año 1944, fue Villafranca de Oria y un año después fue trasladada a Barcelona, Colegio San José” y a Tárrega. Merece especial mención su misión en el Amparo Santa Lucía (Barcelona), del 1953 al 1970, donde trabajó incansablemente con las invidentes, enseñándoles a leer y escribir con el sistema Braille y despertando en ellas el sentido musical con sus dotes artísticas, el violín y las castañuelas; formó un coro que con su canto e instrumentos musicales llegó a ser la admiración de las personas que visitaban el Centro. Otras comunidades también son testigos de su vida y servicio: Pamplona, Zaragoza, Santander, Burgos, Ciñera de Gordón (León), San Sebastián y Cizur (Navarra).
María del Carmen ha tenido una larga y fecunda existencia, gastada por el Señor y los hermanos “Dios y los prójimos”. Ha vivido y testimoniado su gozo vocacional en las comunidades y en la misión apostólica; mujer bondadosa y alegre, servicial y delicada en el trato con las personas.
Desde el 2009 ha estado en la enfermería de la comunidad “Mater Carmeli” de Vitoria, donde ha sido atendida con mucho cariño. Por su parte y, dentro de sus posibilidades, respondía con gestos de gratitud y reconocimiento a las hermanas y al personal que le han cuidado durante varios años. Gracias, Carmen, por tu fidelidad vocacional, por lo mucho que has entregado a la Iglesia y a la Congregación, por tu generosidad y buen hacer.
Juntas oramos a Dios nuestro Padre para que la acoja en su Reino de amor y de paz. Contamos con su intercesión para que el Señor siga bendiciendo al Carmelo Misionero con nuevas vocaciones que continúen nuestra presencia carismática en la Iglesia.
Un fuerte abrazo, en nombre del Consejo Provincial.
María Esperanza Izco
Madrid, 27 de octubre de 2012
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