“…he corrido hasta la meta… he conservado la fe.” (II Tm. 4,7)

Muy queridas Hermanas:
Comenzamos el mes carmelitano con otra intercesora ante el Padre. Ayer, día 1 de julio de 2015, llegaba al final de la carrera nuestra querida HNA. MARIA DEL CARMEN GOÑI IDOATE. Ya está celebrando la Pascua y cantando eternamente las alabanzas del Señor con Maria, la Madre del Carmelo” y con todos los que nos ha precedido en el Reino del amor y de la paz. Tenía 94 años de edad y 73 de vida consagrada. Ha fallecido en la comunidad “San José” de San Sebastián.
- Camino recorrido
María del Carmen nació en Loza (Navarra) el día 14 de julio de 1920 y profesó en nuestra Congregación de Carmelitas Misioneras el 28 de febrero de 1942. En el noviciado de Pamplona bebió de las fuentes evangélicas y carismáticas con gran apertura y generosidad, mostrándose disponible para vivir la comunión fraterna y el servicio a los hermanos en cualquier lugar de la geografía congregacional. Su primer destino, a los pocos meses de profesar, fue Deva (Guipúzcoa). En el año 1945, junto con otras hermanas, partió del puerto de Barcelona rumbo a la Argentina en el trasatlántico “Cabo de Buena Esperanza”. Permaneció en Buenos Aires y Arrecifes hasta el año 1980, entregando lo mejor de su vida en las comunidades y en la misión educativa y pastoral. Merece especial mención algunos acontecimientos de su vida y misión entre otros, señalamos el de su profesión perpetua el 19 de marzo de 1947 en Arrecifes, por el testimonio que nos cuenta la Historia “fue celebrada en la Parroquia, lo que causó impacto notable en el ambiente religioso de la localidad”; su caminar en tierras argentinas la podemos encontrar en el III Tomo de la Historia, Pág. 572, 605, 612 y 613. De Argentina a la Ciudad Eterna; en la casa general estuvo el curso 1980-1981 reponiendo fuerzas y fortaleciendo la vivencia carismática. Regresa a España en julio de 1981 y se incardina en la comunidad “El Carmelo” de San Sebastián y posteriormente en la comunidad “San José”. Aquí como en otras partes, “servía y amaba”, en sencillas actividades comunitarias, como la “mujer hacendosa de la Biblia” transmitiendo el gozo y la paz de quien vive confiada en las manos del Señor.
- Huellas que nos ha dejado
Son muchas las huellas que ha ido dejando en su caminar, señalamos algunas: bondad y sencillez, entrega y servicio incondicional, paz y alegría. Su sonrisa ha quedado grabada en la retina de quienes han convivido y trabajado con ella.
Recodamos también su gozo vocacional y el amor a la Congregación; su corazón universal, su talante orante y contemplativo, su vivencia teologal, cercanía y fraternidad. ¿Quién no recuerda la sonrisa, las palabras y los gestos de Carmen?. Son sus huellas, las que no borra el viento.
En este día oramos por ella y damos gracias por su trayectoria vocacional en el Carmelo Misionero, su presencia y testimonio es para nosotras estimulo en el seguimiento a Jesús en fraternidad y en el servicio a “Dios y a los prójimos”. Ella ha escrito una hermosa página de la Historia, nos invita a escribir la nuestra.
Un abrazo, en nombre del Consejo Provincial
Hna. Carmen Ibáñez Porcel
Madrid, 2 de julio de 2015
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