“… con mi propia carne veré a Dios…yo mismo le veré. Mis ojos le mirarán…
”Job 19, 26-27

Muy queridas Hermanas:
Una vez más, en pocos días, nos ponemos en comunicación con vosotras para compartir que el día 16 de agosto de 2012, ha fallecido, en el hospital de Terrassa (Barcelona), nuestra querida Hermana María Luisa Mancha Barroso.
Tenía 79 años de edad y 56 de vida consagrada en el Carmelo Misionero; pertenecía a la comunidad “Santa Teresa”, Enfermería, Barcelona-Casa Madre. Ya está gozando con el Señor junto con todas las Carmelitas Misioneras que nos han precedido.
Natural de Don Álvaro (Badajoz), Hna. María Luisa vio la luz el 27 de agosto de 1932; profesó en el Noviciado de Pamplona, el 7 de noviembre de 1955.
Su misión apostólica la realizó en los tres Colegios de la Provincia de Barcelona, con estancias largas: “San José”, de la Casa Madre – en dos ocasiones, “Virgen del Carmen” de El Prat de Llobregat y “Santa Teresa” de Terrassa.
Durante muchos años su servicio fue de parvulista, tratando a los pequeños con predilección, delicadeza y cariño, recordando cómo los trataba Jesús, que afirmó que de ellos es el Reino de los Cielos. Realizó esta misión con entrega y gran dedicación, inculcándoles también el amor a María. Muy detallista, destacó por su espíritu de sacrificio y servicio a la comunidad educativa de los colegios donde trabajó. Mucha amistad la unía a los miembros de la asociación de padres de alumnos y profesores; siempre se mostró muy cercana y atenta a las familias de los niños especialmente a las familias con problemas.
Después fue variado su servicio: dio clases de Corte y Confección, estaba bien preparada para ello; llevó la administración en algunos Colegios, trabajó para las misiones y colaboró en diversas tareas, dada su total disponibilidad para ayudar en todo.
Cuando se retiró de la administración, dedicó muchas horas en el refuerzo escolar de la lectura, y al servicio de la secretaria. Colaboró también eficazmente en la labor parroquial dando catequesis, prestando otros servicios y ayudando en la liturgia parroquial, hasta que llegó el momento de su enfermedad. Entonces fue destinada a la comunidad “Santa Teresa”, Enfermería de la Casa Madre de Barcelona, y aún allí, siempre que le fue posible, con esfuerzo, siguió colaborando en diversos servicios de la comunidad, del colegio y de la parroquia.
Gracias María Luisa por tu vida y entrega. Pedimos al Señor que te haga partícipe del gozo y de la paz eterna. Esperamos que intercedas ante el Padre por todas nosotras, tus Hermanas en la vocación, para que el Señor reavive nuestra esperanza en Cristo resucitado.
Con cariño, en nombre del Consejo
Hna. María Esperanza Izco
Madrid, 19 de agosto de 2012
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