“Te amo tú lo sabes: mi vida es lo menos que puedo ofrecerte en correspondencia a tu amor” (Fco.Palau)

Preparábamos para celebrar la fiesta del Corpus Christi, nuestra Hna. Begoña Aregita Elguezabal partía para la “Casa del Padre”, para recibir en el cielo a quién tantas veces había recibido en la mesa de la Eucaristía. Era el día 9 de junio de 2023, en la comunidad “Mater Carmeli” de Vitoria.
Hna. Begoña nació en Ugarte de Múgica (Vizcaya) el día 23 de abril de 1930. Ingresó en el Camelo Misionero el día 28 de febrero de 1950 y profesó el día 3 de marzo de 1951 en Pamplona. Begoña nació en una familia profundamente cristiana y carmelitana. Tres de sus hijas han sido Carmelitas Misioneras: Irene, Margarita y Begoña, todas ya en el cielo.
Ha realizado su vocación y misión en distintos lugares de España, Francia y sobre todo muchos años en Canadá. En diferentes comunidades: Pamplona, Barcelona, Granada y San Sebastián (España), Saint Tropez (Francia), Joliette (1959-1973) y Montreal (1979-2012) (Canadá). En el año 2012 vino a la enfermería de Vitoria desde donde ha partido a la Casa del Padre.

Hna. Begoña nos dejó silenciosamente, con la sonrisa en los labios y la paz en el corazón. Cuando llegó a Canadá venía “enamorada” de Granada, pero se integró tanto en el entorno como en la misión. Era una gran organizadora y prueba de ello fue la organización en el hospital: actividades con los enfermos, fisioterapia… para mejorar su salud. También alternaba el trabajo con los estudios. Destacó por ser una persona muy animada y disponible, buena compañera de vida con las hermanas. En Montreal trabajó, también, en una misión con los latinos: pastoral, catequesis, bodas, acompañando a la comunidad latina. Además, manifestó su entrega y generosidad, con detalles de comunión y fraternidad, en los servicios de Superiora local, Consejera y Ecónoma provincial.
Donde estuvo dejó huella, esa que llena el corazón de las personas y que perdura eternamente: sencillez y bondad, paz y serena aceptación de su limitación y de la realidad de la vida. Su sonrisa siempre oportuna, su gesto agradecido.
Hoy ella nos contempla desde el cielo. Nos dejó, silenciosamente, con la sonrisa en los labios y la paz en el corazón, con la lámpara encendida de la fe y el amor; así vivió los últimos años de su existencia en la enfermería de Vitoria y así partió a la Casa del Padre.

¡Gracias, Begoña! Por tus 93 años vida, y 72 de Vida Consagrada. Tu presencia sigue viva, especialmente en tu familia y en las Carmelitas Misioneras.
Oramos por ella y por todas nosotras para que este “nuevo paso” del Señor reavive nuestra esperanza en la Pascua de Jesús y en el encuentro de las hermanas nos han precedido.
Madrid 12 de junio de 2023
Hna. Cecilia Andrés
Superiora Provincial
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