Estad siempre alegres en el Señor. Vuestra alegría os hará capaces de acoger a los demás con cordialidad, de dedicar tiempo a los demás… (cf. Flp 4, 4-5)
El día 16 de octubre de 2023 Hna. M Rosa Mas Códol de la comunidad “Santa Cruz de Vallcarca” (Solàriun-Barcelona) rápidamente y casi de puntillas acudió a la llamada eterna del Padre.

Hna. M Rosa nació en Tarrasa (Barcelona) el 3 de agosto de 1937 en el seno de una familia cristiana y muy cercana a la familia Carmelitana. Era la segunda de las hijas y con su hermana Engracia crearán una unión que durará de por vida. Sus padres colaboraban con las Hermanas del Colegio “Santa Teresa de Jesús”, que será donde las dos hermanas cursarán sus estudios y forjarán su educación. Suscritos a la Revista de “Mater Carmeli” pudo conocer la amplia misión de las Carmelitas Misioneras además de lo que vivía en el colegio.
Pasando los años se gesta en ella “una llamada interior”. Al comunicarlo a sus padres, éstos con buen criterio, dada su juventud, la hacen esperar un año más con un contrato laboral. El mismo día que el contrato llegaba a su fin, Rosa recordó a sus padres el acuerdo al que había llegado y que su decisión seguía siendo la misma.
En noviembre de 1954 llegó al noviciado de Pamplona e hizo su profesión religiosa en el mes de noviembre de 1956.
Pasó por las comunidades de Barcelona (Santa Teresa de Jesús); Sta. Cruz de Vallcarca (Solarium- Barcelona); Tarrassa (Hospital de San Lázaro); Benidorm (Clínica Ntra. Sra. de Fátima); Salamanca (Equipo de formación, Juniorado); Ciudadela (Hospital); Tarrassa (Ntra. Madre del Carmen); El Masnou (Sta. Lucía, invidentes); Ntra. Sra. de Montserrat (Badalona); Sta. Cruz de Vallcarca (Solàrium-Barcelona).
En todos estos lugares de misión ejerció su profesión de enfermera, con delicadeza, buen hacer, entrega, generosidad, alegría. Todos admiraban su capacidad de escucha, su estar con los demás sin cálculo de tiempo, su amabilidad de trato. En todas partes recuerdan tu talante “humanizador” con todos. Cabe destacar su atención a las invidentes en Torrebonica primero y hasta el final, en El Masnou. ¡Cuánto han rezado para que te curaras! ¡Cuánto te quieren, Rosa!


La penúltima parada fue Badalona. ¡Cuántos años vividos en fraternidad! ¡Qué bien sienta la palabra “hermana” en el contexto de FRATERNIDAD Y COMUNIÓN que somos las Carmelitas Misioneras! ¡Cómo atendía a todos y a todo! Cómo disfrutaba preparando las fiestas, qué atenta a las necesidades de las Hermanas, que disponibilidad y atención para todas, que…, hasta que la enfermedad te llevó a la última parada, la Residencia “Solàrium”. También aquí, pese a la enfermedad que te fue minando, has dejado “huellas de bondad”. Te has ganado el cariño del personal, que te ha atendido con afecto y dedicación.
¡GRACIAS! Rosa por el amor a tu familia, un amor que es mutuo y que todos: tu hermana, tus sobrinos, han testimoniado colaborando en tu acompañamiento. Ni un momento has estado sola estos últimos días en el hospital, para ellos nuestro agradecimiento sincero.
¡GRACIAS! por tu testimonio vocacional de CARMELITA MISIONERA, por tu sentido de Familia en la Congregación, por tu interés con todo lo referente a ella.
¡GRACIAS! por tu sentido fraterno, por ser tan comunitaria, por los buenos ratos que nos has hecho pasar con tus “disfraces” y tu sentido del humor… ¡Cuánto agradecemos tu presencia, servicio, alegría, buen hacer, tus hermanas de comunidad!
¡GRACIAS! por tu afecto y valoración por tu tierra catalana, que te abrió a lo universal, a valorar las diferentes culturas.
¡GRACIAS! Rosa, por ti misma, por ser como has sido y cómo has vivido tu vocación de Carmelita Misionera. Tu testimonio de vida es un aliciente para nuestra vocación. Ahora, desde la plenitud de Dios, continúa acompañándonos.
Hna. Cecilia Andrés
Superiora Provincial
Madrid 27 de octubre de 2023
0 comentarios