“…Cantaré eternamente
(Salmo 88, 1)
las misericordias del Señor…”

Muy queridas Hermanas:
A muchas hermanas de la Provincia las está llamando el Señor para celebrar la Pascua eterna en la casa del Padre. La última ha sido HNA. MARÍA MILAGROS ACUÑA FERNÁNDEZ, que falleció el día 28 de febrero 2013, en la comunidad “Mater Carmeli”, Enfermería, Vitoria, a los 85 años de edad y 63 de vida consagrada como Carmelita Misionera.
Hna. Milagros nació en San Sebastián el 02 de diciembre de 1927 y profesó en Pamplona el 01 de marzo del 1949. Vivió en las comunidades de Santander, Villafranca de Oria, Deba, Santa Lucía de Gordón, Lesaca, San Sebastián (Colegio y piso) y por fin Vitoria. Una larga historia tejida con amor y alegría; así la recordamos.
La educación fue su principal actividad en el Carmelo Misionero, misión que desarrolló con gran ilusión y entrega, especialmente con los niños pequeños, para los que tenía grandes cualidades, ilusión, creatividad y una pedagogía extraordinaria, especialmente en el arte de la música y del folklore; les enseñaba, con gran destreza, a bailar y a tocar instrumentos musicales. A ella debe el colegio “El Carmelo” de San Sebastián la formación y participación en la “Tamborrada Infantil” que tanto entusiasmó a los padres y a todos los que contemplaban el desfile. Al recordarle esta actividad, estando ya en la Enfermería, se percibía en sus ojos un brillo especial, que por unos momentos le hacía recordar esta bonita y significativa actividad educativa.
Milagros, mujer de profunda vivencia teologal, vocacionada y fraterna, que supo iniciar a los niños en el camino de la fe, mostrándoles la imagen de un Dios Padre “aita” que nos ama y acompaña, y junto a Él, a María nuestra “amatxo” buena. Su testimonio sigue vivo en las hermanas, en los padres de familia, en los profesores y en los alumnos que han tenido la suerte de recorrer con ella una etapa de la vida.
Ingresó en la enfermería de Vitoria en el año 2005, ya con notables síntomas de Alzheimer. Su estancia ha sido serena y pacífica, y a pesar del deterioro cognitivo mostraba, a veces, la alegría del encuentro con gestos sencillos, una mirada o una sonrisa. Gracias Milagros por tu vida y entrega, en el día a día, por tu amor a los niños y por el testimonio de tu vivencia y gozo vocacional. Esperamos que sigas cantando las alabanzas y las misericordias del Señor en compañía de todos los bienaventurados.
La presentamos al Señor y oramos por ella para que ya esté gozando de la presencia del Señor. Le pedimos que interceda por nosotras ante el Padre y que nos fortalezca en nuestro compromiso de recrear el seguimiento a Jesús, vivido en fraternidad y al servicio del Reino.
Un fuerte abrazo, en nombre del Consejo Provincial.
María Esperanza Izco
Madrid, 07 de marzo de 2013
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