“El que cree en el Señor, aunque haya muerto vivirá”
(Ju 11, 25)

Muy queridas Hermanas:
Os comunicamos que ya está celebrando la Pascua eterna nuestra Hermana Victoria Echaide Eridoy, pues sabemos que“El que cree en el Señor, aunque haya muerto, vivirá”. Falleció el día 12 de marzo de 2013 a los 91 años de edad, en la comunidad “Mater Carmeli”, Enfermería, Vitoria. Deseamos que ya esté gozando de la presencia del Señor al que ha servido con fidelidad durante los 69 años de Vida Consagrada en el Carmelo Misionero.
Victoria nació el día 13 de diciembre de 1921 en Fuenterrabía (Guipúzcoa) y profesó el día 02 de marzo de 1943 en Pamplona. Numerosas son las comunidades en las que ha vivido, siendo testimonio de bondad y entrega para los enfermos a quienes cuidaba y para las hermanas en los diferentes servicios comunitarios: Miranda de Ebro, Villafranca de Oria, Valladolid “Residencia Sanitaria Onésimo Redondo”, Zaragoza “Policlínico San Antonio” y “El Carmelo”, San Sebastián “Clínica San Antonio” y “Residencia El Carmelo”, León, Vitoria “Mater Carmeli” y “Virgen Blanca”, Boltaña, Villafranca de Navarra, Salas de los Infantes, Medina del Campo y, últimamente Oviedo. En muchas de ellas ha realizado la misión de superiora. Por las condiciones frágiles de su salud, en febrero del presente año 2013, fue trasladada a la enfermería de Vitoria donde ha fallecido.
La vida de Victoria ha dejado una profunda huella allí donde ha vivido y realizado su misión evangelizadora; mujer vocacionada, con gran capacidad de servicio y de entrega a los demás; generosa y acogedora, educada y respetuosa, siempre a punto para hacer un favor y compartir con los demás sus pequeños haberes y sobre todo sus dones de naturaleza y gracia. Tenía gran personalidad, sabía defender su territorio personal y su servicio; a veces dejaba sentir su genio, pero enseguida, de un modo o de otro, brindaba cercanía y cariño. Repetía con frecuencia que teníamos que ser “mujeres normales”.
Amaba sus raíces familiares y estaba profundamente identificada con su vocación de Carmelita Misionera; la comunidad era también lo mejor para ella. El testimonio de las hermanas con las que ha convivido nos confirma su cercanía, acogida, delicadeza, servicio; las estimulaba y valoraba, resaltando sus cualidades. Hoy, día 14 de marzo, fecha del funeral-entierro de nuestra Hermana, la ciudad de Vitoria ha amanecido cubierta de un manto blanco de nieve, que podríamos comparar con la vida de Victoria, limpia y luminosa por dentro y por fuera.
Agradecemos Victoria tu testimonio de vida y servicio. Damos gracias porque has vivido y llegado a la meta con la lámpara llena de aceite, el aceite de la fe y el amor. Ahora que estás junto al Señor esperamos que intercedas por el Santo Padre, Francisco, recién elegido, y por todas las Hermanas con las que has compartido fraternidad; que el Espíritu ilumine y fortalezca nuestro espíritu para vivir con radicalidad los valores evangélicos en este momento eclesial y congregacional y ser testigos de comunión y esperanza en la sociedad actual.
Con cariño, en nombre del Consejo.
María Esperanza Izco
Madrid, 14 de marzo de 2013
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