Día del Amor de Caridad, institución de la Eucaristía y del Sacerdocio.

El Jueves Santo es el nombre que damos al día en que recordamos que Jesús celebró la Pascua Judía con sus discípulos.
Con la celebración de la Última Cena Jesús instituye la Eucaristía. En esta cena Jesús lavó los pies a sus discípulos enseñándonos qué tipo de amor tiene que haber entre los que le siguen: AMOR DE CARIDAD, AMOR QUE SIRVE. No vale cualquier tipo de amor. No vale un amor que no mira al otro, que no le mira a los ojos, un amor ciego.
La Iglesia, a través de la liturgia de este día nos invita a profundizar en el misterio de la Pasión de Cristo celebrando la alegría de saber que la muerte del Señor no terminó en fracaso sino en el éxito. Tuvo un por qué y un para qué: fue una «entrega», un «darse»; fue «por algo» o, mejor dicho, «por alguien» y nada menos que por «nosotros y por nuestra salvación» como recitamos en el Credo.
Hoy es una fiesta grande, un día alegre, rezaremos el Gloria que ha sido suprimido durante toda la cuaresma.
Hoy Jesús me pide mi casa para celebrar la Cena de Pascua con sus amigos, y con él viene el regalo más preciado, el don del AMOR TOTAL E INCONDICIONAL que le lleva a dar su vida por mí.
Mª Victoria (Charo) Alonso CM

El amor basta por sí solo, satisface por sí solo y por causa de sí. Su mérito y su premio se identifican con él mismo. El amor no requiere otro motivo fuera de él mismo, ni tampoco ningún provecho; su fruto consiste en su misma práctica. Amo porque amo, amo por amar. Gran cosa es el amor, con tal de que recurra a su principio y origen, con tal de que vuelva siempre a su fuente y sea una continua emanación de sí misma.
Entre todas las emociones, sentimientos y afectos del alma es la única con la que la criatura puede corresponder a su creador, aunque en un grado muy inferior, lo único con lo que puede restituirle algo semejante a lo que él da.
En efecto, cuando Dios ama, lo único que quiere es ser amado: si él ama es porque nosotros lo amamos a Él, sabiendo que el amor mismo hace felices a los que se aman entre sí.
San Bernardo. Sermón sobre el Cantar de los Cantares.

ORACIÓN DE ALABANZA
Las manos de Jesús están lavando
los pies de sus amigos, agua pura.
No deja de lavar, sigue limpiando
los pies y el corazón, tanta basura.
Lávame a mí también con tu ternura
Las manos de Jesús están partiendo
los panes de su cuerpo y de su vida.
No deja de partir, sigue ofreciendo
a todos los hambrientos su comida.
Dame a mí la migaja que es caída.
Las manos de Jesús en el madero,
obedientes, dolientes, generosas,
clavadas de los odios con el fuego;
Él ofrece su sangre al mundo entero,
Como una lluvia de ámbar y de rosas.
Las manos de Jesús glorificadas,
con sus llagas preciosas, relucientes;
son pruebas de un amor hasta la muerte…
Con Tomás me arrodillo confesando:
“Señor mío y Dios mío”, y sollozando.
Bienaventuranzas del Jueves Santo
Felices para quienes el Amor es el mayor tesoro, que da el sentido definitivo a su vida.
Felices quienes ponen el amor en práctica, sirviendo a los demás, siempre, sin tiempo, sin condiciones.
Felices quienes disfrutan haciendo felices a los demás.
Felices quienes descubren que la Eucaristía es un misterio transparente de fraternidad, de vida, de comunicación y de Presencia.
Felices quienes descubren que lo principal no es presidir, ni guiar, ni preservar su verdad, sino acompañar, comprometerse, descubrir la buena noticia junto a los humillados de la historia.
Felices para quienes es tan importante el pan de cada día, como el pan eucarístico, para que los más humildes tengan vida abundante.
Felices quienes descubren sus ministerios, su verdadera vocación en el camino de su existencia junto a los otros.
Felices quienes sienten que deben celebrar, como Jesús, la vida y la amistad, el recuerdo y el futuro, el dolor y la confianza en la cercanía del Reino.
Miguel Angel Mesa. Bienaventuranzas de la vida
Documentación: Liturgía de la Palabra
Documentación: Meditación
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