El pasado 25 de abril

Logotipo del encuentro
El pasado 25 de abril por fin tuvimos la oportunidad de hacer realidad el primer encuentro de antiguos alumnos de Karmelo Ikastetxea, un sueño que desde hace ya bastante tiempo unos y otros veníamos gestando y auspiciando.
Ciertamente, desde un principio se antojaba una actividad especialmente entrañable y emociónate. No en vano, el reencuentro con los que en otro tiempo fueron nuestros alumnos/as es una experiencia altamente reconfortante. Otras profesiones gozan de la oportunidad de observar los frutos del trabajo terminado. Como bien sabemos, no es este el caso de los educadores. La construcción personal es siempre una tarea inacabada y la apreciación de cambios significativos suele ser una cuestión de tiempo, de mucho tiempo, y también a veces de que el azar permita que nos volvamos a ver. Por eso, la oportunidad de poder estar frente a frente con muchas de esas personas, pero ahora desde su nueva realidad, es para cualquier educador un regalo impagable, emocionante, sin duda difícil de expresar con palabras. Da tanto sentido a nuestra tarea y compensa tantas cosas…

Algo similar, pero desde otra perspectiva, sintieron también los que un día fueron alumnos/as de nuestro Centro a tenor de las emocionadas muestras de cariño, afecto y agradecimiento que nos iban brindando conforme iban entrando por la puerta. Tanto es así, que hasta resultaba difícil convencerlos de que fueran pasando al Salón de Actos para dar comienzo al evento. Con todo, se consiguió dar una tregua provisional a la emoción y finalmente, pudimos arrancar. Tras la bienvenida oficial y el agradecimiento a la presencia y a la colaboración de todos, recordamos que los objetivos de la iniciativa eran fundamentalmente dos. El primero, como no podía ser de otro modo, brindarnos la oportunidad de reencontrarnos en ese lugar que ha sido, y es, tan importante para todos; de saludarnos, de demostrarnos el afecto y el cariño que sin duda nos guardamos. En segundo lugar, volver a hacer realidad un pilar fundamental en la educación que se recibe en nuestro Colegio. Nos estamos refiriendo al valor de la solidaridad, la cual se haría efectiva a través de la colaboración con un proyecto que Prokarde tiene en Guatemala; concretamente, nuestra ayuda irá a parar al “Centro Francisco Palau” para llevar a cabo un “Programa de Nutrición Integral” en el municipio de San Pedro Pinula, del departamento de Jalapa.
Tras una breve exposición de las características básicas del proyecto, nos centramos en explicar el programa de actividades de la mañana y acto seguido nos dirigimos a la terraza para reunirnos en aquel lugar testigo de tantos y tantos recreos.

A decir verdad, alguien fundamental en la vida de nuestro Colegio estuvo presente en nuestro pensamiento durante toda la mañana. Y es que la estructura del encuentro en la terraza tuvo como base el esquema de la fiesta anual del Padre Palau. Así pues, tras un breve pregón de bienvenida, pudimos gozar de un muy emotivo “Aurresku” (danza tradicional vasca que se realiza delante de alguien en su honor). En este caso los homenajeados no eran otros que todos los antiguos alumnos/as allí presentes.
Acabada la danza, llegó uno de los momentos más evocadores de la mañana. Una bandera con el logotipo del encuentro y creada ex proceso para la ocasión, fue paseada por el perímetro de la terraza mientras de fondo sonaba el “Salve Francisco” himno presente en los corazones y en las gargantas de todos. Nos pareció ver brotar más de una lágrima de entre la multitud de ojos brillantes que lo presenciaban. Con la izada de la bandera llegó el climax de la celebración y con él, lo que entonces brotó del cielo no fueron lágrimas, sino cientos de multicolores “helicópteros palautianos” con su dulce carga en forma de caramelo para que los más peques disfrutaran también de lo que en otro momento fue la gran ilusión de sus progenitores.
Tras esta lluvia de emociones, quisimos rendir cumplido homenaje a los antiguos alumnos/as más veteranos de entre los asistentes con una sencilla, pero cálida entrega de diplomas conmemorativos.
Ya solo quedaba espacio para departir mientras la solidaridad se hacía patente en la taberna y en el Mercado Solidario, donde también se encontraba el stand de Prokarde. Los riquísimos pinchos, los refrescos, las chuches, las manufacturas sudamericanas y otras realizadas por diferentes hermanas, el sorteo de atractivos regalos… acabaron fundiéndose para propiciar la generosidad de todos.
Por otro lado, las añoranzas y los recuerdos florecían en torno a los retrospectivos paneles fotográficos instalados, así como en el diaporama que con imágenes de épocas pasadas se instaló en una de las aulas.
Fue un encuentro muy familiar, no en vano, los antiguos alumnos podía acudir con sus parejas, hijos y/o hijas. Muchos de estos, los más peques, pudieron gozar y dar rienda suelta a su creatividad durante toda la mañana en los talleres que se organizaron especialmente para ellos.
En definitiva, pasado y presente se dieron la mano con la sana intención de afianzar lazos en una emotiva e inolvidable jornada que siempre guardaremos en nuestro recuerdo personal y colectivo.

Félix Álvaro –
Responsable de Pastoral
AA San Sebastian






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