27 de diciembre de 2011

¡¡¡ La montaña estaba de fiesta!!!
No solo ocurría eso en aquellos memorables momentos que el P. Palau, subía a la montaña en busca de soledad y de espacio para la relación con su Amada. El monte también sigue de fiesta para todos los que seguimos las huellas de aquellos hombres que por su santidad son recordados en esos parajes escarpados de Montserrat. Allá el Padre Francisco también tiene su lugar. En el año 1989, el día 2 de abril, al año de la Beatificación, se colocó un monolito de piedra que con los años, el viento, el agua y el sol ha comido la inscripción y lo ha deteriorado. Este año, con motivo del Año Jubilar las dos Congregaciones han querido colocar en el mismo lugar uno nuevo, que perpetué su paso y estancia junto a la Madre de Montserrat.
Con este motivo un grupo de hermanas Carmelitas Misioneras , Carmelitas Misioneras Teresianas y Padres Carmelitas nos citamos en la Eucaristía conventual, el día 27 a las 11 h para proceder a continuación, a las 12h, a una sencilla liturgia junto al monumento del P. Palau. Lugar central ocupó el texto del Padre sacado de Mis Relaciones , esas páginas bellas donde expresa los momentos de altísima intimidad y significado en su itinerario espiritual, hechos que marcaron, como él mismo nos cuenta, época en su vida. Se trata de aquel 5 de agosto del 1864, donde la experiencia mística tocada su espíritu.
“mi espíritu – nos dirá el P. Fundador- se elevó a la contemplación de la Jerusalén celeste, se lleno todo el monte de gloria. Y el Padre haciendo oír su voz me dijo: Los desposorios celebrados en el Vedrá son ahora el contrato matrimonial. Puesto que en verdad te has entregado todo a mí, en adelante serás tú toda mía: mías tus carnes, míos tus huesos, mía… tu alma, como tuya soy yo toda, y seremos los dos un solo cuerpo, miembros de un solo cuerpo. Nota bien esta fecha, porque hace época en tu vida.”
Las palabras del P. Agustín Borrell, Provincial de los Carmelitas de Cataluña y las de las Hermanas Generales, presentes, dieron al acto un sentido de acción de gracias, de profundidad espiritual, de Familia Carmelitana y de compromiso. Se trata no solo de evocar, sino de coger con fuerza el mensaje para realizar hoy aquello que tan apasionadamente nos señaló: Amar y servir a la Iglesia , la Amada, con gestos y hasta con la propia vida.
Concluimos con el himno al P. Fundador y por supuesto con las fotos y comentarios del nuevo y bello monolito. El monumento ha sido hecho en Las Benedictinas de Montserrat, por la hermana Regina Goberna. Ella, conocedora de la montaña, ha mezclado piedra y cerámica, en un colorido vivo, presentando de fondo a modo de danza, una serie de montañas, dejando lugar en la parte alta al rostro del Padre y, en la parte media, al texto que conmemoramos en ese lugar. Hna Ester Díaz y Hna Fernanda Villanueva, delegadas de los Consejos Generales de las dos Congragaciones, han estado al frente de la elaboración y del rito de la celebración.
El ambiente de fraternidad y de gozo que hemos vivido ha sido un anticipo de lo que viviremos dos días después en Aitona.
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